El Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago dictó hoy –viernes 6 de septiembre– veredicto condenatorio contra el suboficial mayor de Carabineros (r) Francisco Javier Arzola Ruiz, en calidad de autor de los delitos consumados y reiterados de tormentos y apremios ilegítimos, torturas y falsificación de documentos públicos. Ilícitos perpetrados en 2016 y 2017, en la comuna de Estación Central.
Por unanimidad (causa rol 305-2019), el tribunal –integrado por los magistrados Juan Carlos Urrutia Padilla (presidente), Carolina Herrera Sabando y Romina Onetto Bertín (redactora)– condenó, además, al carabinero Rodrigo Muñoz Cid, como autor del delito consumado de torturas.
Tras la deliberación de rigor, el tribunal adquirió la convicción tanto de la ocurrencia de los delitos, como la participación culpable de los acusados en los hechos.
«Que los elementos probatorios de cargo vertidos en juicio; valorados de conformidad con lo dispuesto en el artículo 297 del Código Procesal Penal, esto es, con libertad, pero sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia ni los conocimientos científicamente afianzados, resultaron, en general, coherentes, precisos y concordantes, permitiendo al tribunal tener por acreditado, en lo medular, el sustrato fáctico de la acusación en los tres hechos planteados», sostiene el acta de deliberación.
Plaza Argentina
Para dar por acreditado el primer hecho, el tribunal valoró, entre otros, la declaración de la víctima, Wilson Romero Narváez, quien relató en estrado de manera pormenorizada los sucesos acaecidos el sábado 7 de mayo de 2016, mientras ejercía el comercio ambulante en la Plaza Argentina, describiendo cómo, tras un intento de huida de los fiscalizadores, fue conducido por la fuerza a un bus institucional, «donde fue golpeado por el Suboficial Mayor de Carabineros Francisco Arzola Ruiz con su bastón institucional, en su tórax y estómago, propinándole también golpes de puño en su ojo derecho, además de estrangularlo mientras lo insultaba, para luego amenazarlo, presionando su arma de fuego en la sien de Romero».
Concluida la agresión, «Romero afirma haber sido conducido a constatar lesiones junto a otro sujeto de nacionalidad peruana, apodado ‘Ceviche’, quien presenció lo ocurrido y luego, a la 21° Comisaría de Estación Central, lugar desde donde, horas más tarde, fueron liberados, sin que en el intertanto se le haya informado a Wilson Romero que estaba detenido, ni por qué motivo, pese a que, meses más tarde, tomara conocimiento de que en esa ocasión, resultó él denunciado por supuestamente haber lesionado la mano de Francisco Arzola Ruiz, lesión que la víctima relaciona con el gesto de dolor que manifestó Arzola al propinarle un violento golpe de puño en el ojo, que lo botó al suelo».
«Finalmente –continúa–, resultó también acreditado que el 8 de mayo de 2016, se generó el parte de detenido N°2288 de la 21° Comisaría de Estación Central, donde se informa sobre la detención del 7 de mayo de 2016, fundamentada en una riña entre Wilson Romero y Edgar Peña (Ceviche), además de un acometimiento de Wilson Romero contra el Suboficial Mayor Francisco Arzola, quien entrega una detallada narración tanto de la detención por riña, como de la agresión de Romero en su contra, eventos que a la luz de la evidencia rendida en juicio, resultaron ser falsos».
El piquete
Asimismo, el tribunal recibió la declaración de Cristina Cabezas Castillo, quien «entregó un relato completo de los sucesos ocurridos el 6 de mayo de 2017, el que se estimó verosímil y consistente, al contrastarlo con la prueba rendida».
La víctima refirió que «ese día se encontraba en la Plaza Argentina realizando comercio ambulante sin permiso municipal y fue llevada por funcionarios policiales al bus institucional conocido como ‘piquete’, lugar donde el Suboficial Mayor Francisco Arzola Ruiz, luego de que Cristina Cabezas cuestionara su orden de ir hacia el final del bus, la tomó por la fuerza, lanzándola hacia el fondo, para luego sentarla violentamente y comenzar a presionar fuertemente con las manos su cuello, estrangulándola, pasando, a continuación, a tomarla del pelo mientras la golpeaba con sus puños en la cabeza, provocando que perdiera un mechón de cabello de raíz, todo, mientras la insultaba constantemente tratándola de ‘maraca'».
En su declaración, la víctima afirmó «que las agresiones se detuvieron cuando tocaron desde afuera la puerta del piquete, momento en que ingresaron al bus, conducidos por Carabineros, Giovanni Zúñiga Román y su pareja, Caroline Segura. Ambos deponentes refrendaron los dichos de Cabezas en juicio, puesto que coinciden en que al subir al bus, Cristina estaba llorando, muy alterada, despeinada, con el pelo desprendido de su cabeza entre sus manos y Caroline Segura agrega además, que al subir le llamó la atención que Francisco Arzola estaba muy agitado, rojo y ofuscado. Es entonces cuando según los tres testigos, Giovanni Zúñiga le pregunta a Cristina qué le pasó, contestándole ella que Arzola le pegó, razón por la cual Giovanni Zúñiga Román increpó a Arzola por haberle pegado a una mujer, recibiendo como respuesta ‘que te metís vos chancho culiao’, para luego ordenar Arzola al Cabo Segundo Rodrigo Muñoz Cid, que golpeara a Giovanni Zúñiga, diciéndole ‘arréglatelo'».
«Los tres declarantes exponen que al instante, el Cabo Segundo Rodrigo Muñoz Cid comenzó a golpear a Giovanni Zúñiga con su bastón institucional y sus puños, agresiones a las que luego se sumó el Suboficial Mayor Francisco Arzola Ruiz, en una dinámica que Caroline Segura describió como brutal, al señalar que fue como si le estuvieran pegando a un animal, ‘como salvajes'».
El nazi
Finalmente, respecto del hecho sindicado con el número tres, «el tribunal contó con la declaración de Esteban Godoy Urquiza, quien a través de una extensa declaración, ilustró al tribunal sobre hechos acaecidos en las inmediaciones de la Plaza Argentina de Estación Central el 25 de mayo de 2017, menos de tres semanas después de los hechos denunciados por Cristina Cabezas y Giovanni Zúñiga».
Godoy Urquiza declaró en el juicio que «mientras se encontraba en el lugar esperando para comprar cigarrillos al comercio ambulante, funcionarios de Carabineros le exigieron exhibir su cédula de identidad. Comenzó a escuchar que venía ‘el perro’, ‘el nazi’, momento en que divisó a un funcionario de Carabineros dirigiéndose hacia él con su ‘bastón isométrico’, escoltado por otros funcionarios, situación que le provocó nerviosismo, lo que sumado a un agujero en el bolsillo de su pantalón, retardó la exhibición de su cédula».
«Al llegar al lugar, según relata Esteban Godoy Urquiza, el Suboficial Mayor Francisco Arzola le arrebata su billetera y luego de un forcejeo y golpes, llega hasta el bus conocido como ‘piquete’. Una vez en su interior, afirma haber recibido de Arzola fuertes golpes en su cuerpo y cabeza con el bastón institucional, al punto de haber perdido el conocimiento, haber sido golpeado con manos y pies, haber sido estrangulado por Arzola con sus manos, agregando que sintió como si tuviera anillos o algo similar que le estuviera enterrando, para además, en medio de constantes insultos, haber recibido de su parte amenazas de muerte si se atrevía a denunciarlo».
«Tras constatar que no tenía antecedentes penales, afirma Esteban Godoy que Francisco Arzola Ruiz ordenó que se confeccionara a su nombre una infracción por ejercer el comercio ambulante en la vía pública, suscribiendo una boleta de citación al Juzgado de Policía Local pertinente por esta falta, la que la víctima niega haber cometido en ese momento y lugar», concluye.
La audiencia de comunicación de la sentencia –que será redactada por la magistrada Onetto Bertin– quedó programada para las 13 horas del próximo sábado 14 de septiembre.